jueves, 6 de octubre de 2011

Es radicalmente distinto levantarse cada mañana viéndose a uno mismo como una nota de una gran Sinfonía Kósmica, que hacerlo sintiéndose solo en una batalla para salir adelante. El Gran Concierto del Kosmos tiene una partitura y un Gran Sentido que las personas empiezan a intuir cuando se conectan con su Alma.



En medio de sociedades que niegan crecientemente el ámbito espiritual de la vida, que exaltan una lógica ultra racionalista y materialista, el ser humano va perdiendo el Sentido. Vivir se convierte en un hacer y hacer, lograr y lograr sin conexión con una razón de fondo que dé una motivación a nuestro quehacer cotidiano.
La humanidad emergente necesita una claridad que signifique su quehacer, que le dé una razón trascendente a su vivir. Anhelamos entender qué Sentido tienen nuestros esfuerzos cotidianos, para qué el trabajo, el compromiso afectivo, la maternidad o paternidad, para qué ocuparse del bienestar y la salud. Necesitamos vivir desde una motivación que nos comprometa desde el Alma y alivie el profundo anhelo que las cosas signifiquen algo más que simplemente ser llevados por la corriente y que nuestro quehacer sea el regalo que hacemos a la vida, la expresión de lo mejor de nosotros.
Sólo cuando nos veamos en el contexto mayor como eslabones de la gran cadena evolutiva, como gotas de una Gran Corriente que se continúa en nosotros, sólo cuando tengamos una conciencia íntegra de que donamos nuestra vida a los que vienen, entonces nos conectaremos con un Sentido que nos impulse a vivir. 
Es radicalmente distinto levantarse cada mañana viéndose a uno mismo como una nota de una gran Sinfonía Kósmica, que hacerlo sintiéndose solo en una batalla para salir adelante.
El Gran Concierto del Kosmos tiene una partitura y un Gran Sentido que las personas empiezan a intuir cuando se conectan con su Alma. La vida del ser humano cobra irradiación, plenitud, en la medida que puede saberse y sentirse canal viviente de esa Voluntad Mayor que se despliega en el universo; en la medida que su chispa es un aporte a la manifestación del Todo y cada día y cada acto pueden inspirarse en colaborar y dar lo mejor de sí. Esto inevitablemente convierte la vida en un gran desafío por mejorar la calidad personal para hacer un aporte más depurado al medio.

PATRICIA MAY
"De la cultura del ego a la cultura del alma"