lunes, 7 de noviembre de 2011

Cuanto más abiertos estamos a recibir el amor de nues­tro entorno, más energía tenemos.


Saber que se puede acceder a la orientación divina es algo más que asistir a un servicio religioso el domingo por la mañana...
A medida que tengas más conciencia de la presencia divina que fluye a través de ti en todo momento, descubri­rás que te tomas más tiempo para apreciar la belleza que te rodea. Cuando contemples un pájaro, una flor, una puesta de sol, una madre amamantando a su bebé, un autobús escolar lleno de niños o un anciano, ábreles tu corazón. Deja que el amor fluya de ti hacia ellos y siente como regre­sa. Cuanto más abiertos estamos a recibir el amor de nues­tro entorno, más energía tenemos.
Hay energía en todas las cosas y todas las personas. Recibimos esa energía invisible cuando apreciarnos de ver­dad la belleza y maravilla de nuestro universo.
Con la práctica serás capaz de enviar el amor que estás recibiendo mediante el simple acto de apreciar y agradecer la belleza. ¡Inténtalo!

W. Dyer en