Saber que se puede acceder a la orientación divina es algo más que asistir a un servicio religioso el domingo por la mañana...
A medida que tengas más conciencia de la presencia divina que fluye a través de ti en todo momento, descubrirás que te tomas más tiempo para apreciar la belleza que te rodea. Cuando contemples un pájaro, una flor, una puesta de sol, una madre amamantando a su bebé, un autobús escolar lleno de niños o un anciano, ábreles tu corazón. Deja que el amor fluya de ti hacia ellos y siente como regresa. Cuanto más abiertos estamos a recibir el amor de nuestro entorno, más energía tenemos.
Hay energía en todas las cosas y todas las personas. Recibimos esa energía invisible cuando apreciarnos de verdad la belleza y maravilla de nuestro universo.
Con la práctica serás capaz de enviar el amor que estás recibiendo mediante el simple acto de apreciar y agradecer la belleza. ¡Inténtalo!
W. Dyer en