aunque a primera vista puede parecer ilógico, en verdad los problemas merecen ser amados también porque ellos aman.... quienes se indignan con lo problemático, omiten el respeto esencial al espíritu creador y pierden la guia de algo más grande: la realidad manifestada. En el fondo todo sufrimiento es oposición. Oposición a esa realidad manifestada, en contraste con mi pensamiento de cómo deberían ser las cosas.
Amar aquello que hemos etiquetado como "problema", nos abre los ojos del corazón para verlos como "oportunidades". Amar los problemas implica transformarlos; luchar contra los problemas, alíneados en la pequeña voluntad del yo, malgasta energía vital. Es como intentar unir dos imanes por su lado positivo.
Resumiendo: aquello de lo que nos escapamos nos persigue. Lo que podemos mirar a los ojos y aceptar se convierte en aliado por muy terrible que sea.