jueves, 3 de noviembre de 2011

No hay distancia que recorrer: la meta no está en otro sitio.


“Búsqueda” es una palabra que se utiliza frecuentemente en relación con la espiritualidad, y muchos se enorgullecen de llamarse buscadores. Con frecuencia son los mismos que alguna vez persiguieron vehementemente dinero, sexo, alcohol o trabajo, y ahora esperan encontrar con la misma intensidad adictiva a Dios, el alma o el ser superior. El problema es que la búsqueda parte de una premisa errónea. No me refiero a la creencia de que el materialismo es corrupto y la espiritualidad pura. Es cierto que el materialismo puede volverse una obsesión, pero lo importante es que la búsqueda está condenada al fracaso porque te conduce fuera de ti. Da lo mismo que el objetivo sea Dios o el dinero. Una búsqueda productiva exige desechar la idea de ganar un trofeo.
Esto significa actuar sin la esperanza de alcanzar un yo ideal, de llegar a un lugar mejor del que saliste. Partes de ti y en ti están todas las respuestas. Debes desechar la idea de ir desde A hasta B.
No hay distancia que recorrer: la meta no está en otro sitio.

D. CHOPRA