Cuando piensas o hablas sobre ti, cuando dices «yo», sueles referirte a «yo y mi historia». Éste es el «yo» de lo que te gusta y de lo que te disgusta, de tus miedos y deseos, el «yo» que nunca está satisfecho por mucho tiempo. Es un sentido de quien eres creado por la mente, condicionado por el pasado y que trata de encontrar su realización en el futuro.
¿Puedes ver que este «yo» es pasajero, que una formación temporal, como una onda que recorre la superficie del agua?
¿Quién ve que esto es así? ¿Quién es consciente de que tus formas física y psicológica son pasajeras? Yo soy. Este es el «yo» profundo que no tiene nada
que ver con el pasado y el futuro.
¿Qué quedará de todos los "temores" y "deseos" asociados con tu problemática situación existencial que consumen cada día la mayor parte de tu atención? Un guión de varios centímetros de largo entre la fecha de tu nacimiento y la fecha de tu muerte, inscritas en tu lápida.
Para el ego, éste es un pensamiento deprimente. Para ti es liberador.