...y así queriendo ser como dioses, paradójicamente se alejan de Dios. Pierden la confianza en lo imprevisible, sorprendente y plural que la vida traza. Y quieren lo imposible en la orilla y a salvo, cuando el guión de toda vida es saltar al río, nadar con fuerza y luego entregarse a la potestad del río, de sus meandros y sus silencios, pero también de sus rápidos y sus turbulencias... al final todo aquello que tenemos lo perdemos, todo aquello que creemos ser se desvanece.
