Jesús dijo:
"Desde la mañana
hasta la noche
y desde la noche hasta la mañana,
no piensen en qué ropa van a vestir".
Sus discípulos dijeron:
"¿Cuándo nos serás revelado
y cuándo te veremos?".
Jesús dijo:
"Cuando se quiten la ropa
sin estar avergonzados,
y tomen la ropa
y la pongan bajo sus pies
como los pequeños niños y la pisen
-entonces podrán tomar al hijo del ser viviente
El hombre vive no como es, sino como le gustaría ser: no con su cara original, sino con una cara pintada, falsa. Ese es todo el problema. Cuando naces tienes tu propia cara -nadie la ha perturbado, nadie la ha cambiado, pero tarde o temprano la sociedad comienza a trabajar en tu cara. Comienza a esconder la cara original, la natural, aquella con la que naciste, y entonces se te da muchas caras para las diferentes ocasiones, porque una cara no será suficiente.
Las situaciones cambian, así que necesitas muchas caras falsas, máscaras. Desde la mañana hasta la noche, desde la noche hasta la mañana, miles de caras se usan. Cuando ves que un hombre poderoso se acerca cambias de máscara, cuando ves a un hombre, a un pordiosero que se te acerca, eres diferente. Todo el tiempo, momento a momento, hay un cambio constante en la cara.
Uno tiene que estar alerta sobre esto, porque se ha vuelto tan mecánico que puedes no darte cuenta que va cambiando por sí misma. El sirviente entra en el cuarto: ni siquiera lo miras, como si él no fuera un hombre, como si él no existiera, como si nadie hubiera entrado. Pero cuando entra el jefe en la habitación, de pronto das un salto, tienes una cara sonriente, dándole la bienvenida, como si el mismo Dios hubiera entrado en la habitación.
Cuando dejas caer toda la falsedad y estás desnudo -tan sólo el tú original, sin ningún cambio ni modificación- eres Jesús. Jesús en su absoluta gloria es revelado. No es en el hijo de José en el que él se va a revelar. De pronto tú te vuelves Jesús. Y sólo lo igual puede conocer a lo igual -recuerda esa ley siempre: si tú eres como Jesús, sólo entonces podrás reconocerlo; de otro modo ¿cómo lo reconocerás? Cuando sientas tu propio ser interno, entonces podrás reconocer al ser interno de algún otro....
No pienses en las caras, en las ropas, en las falsedades. Permanece tú mismo como eres, acéptate tu mismo como eres. Difícil, muy difícil, porque si piensas en ti mismo como eres, de pronto te sentirás intranquilo......
No te pongas nada. No te estoy diciendo que vayas y camines desnudo en la ciudad, pero no te pongas nada encima: simplemente sé tú mismo. Cualquier cosa que la vida haya hecho de ti, acéptala, disfrútala, y dale la bienvenida! ¡Celébrala! Estate agradecido a lo divino porque él te ha hecho, cualquier cosa que seas. No la rechaces, cuando rechazas algo en ti, has rechazado a Dios; porque él te ha creado, él te ha creado en esta forma.
Por supuesto, él sabe más que tú. Cuando rechazas algo en ti, has rechazado al creador, estás encontrándole fallas al universo, a la misma existencia. Esto es tonto, estúpido, pero esa gente se ha vuelto muy respetable. Jesús dice que no pienses en lo que te vas a poner, simplemente fluye espontáneamente en la vida. Respóndele a la vida, pero no pongas ninguna falsedad entre tú y el flujo de la vida.
Vive momento a momento sin pensar, porque el pensar es la máscara más profunda....
Acéptate a ti mismo y no habrá miedo, no pienses en términos de "debería" y "no debería", y nunca tendrás miedo. Sé real y confía en la realidad, no luches contra la realidad. .....
Fluye con la vida con una confianza profunda, adonde te lleve.
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