Me he enamorado muchas veces en mi vida, pero ha sido siempre muy frustrante. ¿Cuál es la causa de esto?
OSHO: "El amor es casi un fenómeno desconocido, así que debes haber sentido otra cosa. Y si sientes otra cosa, tarde o temprano tienes que dejar de sentirla. El amor es una experiencia muy excepcional. No lo llames amor. Es tu deseo, es tu fantasía a lo que llamas amor. Es tu necesidad, es tu miedo de estar solo. Te sientes solo y vacío y quieres llenarte con otra persona, y nadie puede llenarse a sí mismo con otra persona, de modo que, tarde o temprano, la frustración.
La frustración está abocada a sucederle a lo que llamas amor. Y entonces, cuando te enamoras, ¿qué empiezas a hacer realmente? Empiezas a fantasear, a esperar demasiado. Como esperas demasiado, llega demasiada frustración.
Esto es algo nuevo de esta época, y más en Occidente que en Oriente...
En Occidente primero tiene que haber amor, y el amor te vuelve loco. Lo que llamáis amor es una enfermedad hormonal, es algo químico. Y en ese impacto químico, es como si estuvieras bajo el efecto de una droga, colocado... En realidad, es eso: la droga ha sido abastecida por tus propias hormonas, así que no lo sabes; cuando te inyectas una droga, lo sabes. Es una droga biológica; la naturaleza la ha estado usando para reproducirse. De lo contrario, piensa simplemente: si no hubiera ningún intoxicante dentro de ti... Imagina por un momento que no hubiera ninguna intoxicación con el amor, ningún deseo de procrear: ¿quién procrearía?, ¿para qué?. El mundo cesaría. La naturaleza te ha engañado: ha puesto en ti un programa congénito; provoca en ti un proceso de hormonas y de pronto empiezas a ver sueños y cosas pequeñas te empiezan a parecer muy grandes...
Pero eso es lo que sucede en el amor: la gente empieza a hacer montañas de granos de arena. Y luego, cuando se afianza la frustración, empieza a hacer granos de arena de montañas. Todo parece hermoso cuando estás en ese estado drogado. Por eso en todas las lenguas del mundo existe la expresión "caer en": caes de tu consciencia, pierdes tu consciencia, eres casi un borracho. Entonces una mujer corriente parece muy bella, muy angelical; un hombre corriente parece Hércules. Todo parece tan grande y tan estupendo, y esto no es más que una proyección de tu deseo.
Y tarde o temprano te estrellarás con la realidad: y Hércules se vendrá abajo y Cleopatra
se vendrá abajo. Y entonces estás sentado junto a un hombre corriente, una mujer corriente, preguntándote qué estás haciendo ahí, preguntándote cómo llegaste ahí. Y si también hay algunos niños jugando por ahí, ¡se acabó! Entonces, simplemente por esos niños, tenéis que estar juntos. Hércules ha muerto, Cleopatra ha muerto; tan sólo dos personas corrientes, con cara de tontos, cuidando a los niños, porque hay que educarlos. Y ellos harán lo mismo tarde o temprano.
Tus expectativas son muy grandes, de ahí la frustración.
Medita sobre esto. Ve muy, muy lentamente.
La señora de la casa llamó a su mayordomo: "Bautista, suba a mi habitación, por favor".
Cuando atravesó la puerta, le dijo: "Ahora, Bautista, ha llegado la hora de desprenderse de mis zapatos". Y Bautista maniobró hasta retirar los zapatos de la señora.
"Ahora es el momento de mis medias". Y él sacó las medias de la señora. "Y ahora, Bautista, mi vestido". Y él abrió la cremallera y sustrajo el vestido de la señora.
"Ahora, Bautista, mi sostén". Fuera es sujetador. "Y ahora, Bautista, las bragas. ¡Y si te vuelvo a pillar otra vez poniéndote mi ropa, tendrás que buscarte un nuevo empleo!".
Esto es lo que sucede: estabas esperando, esperando, esperando... ¡y la frustración!".
Osho, El secreto de los secretos. Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada